Europa se da otro tiro en el pie, y no aprende. Un empujoncito más hasta la agenda 2030, donde no tendremos nada, pero oye, seremos totalmente felices. Y si, se podrán (de momento) usar los coches que ya existan, pero te prohibirán arrancarlo, porque destruirás el mundo, etiquetas a tope para no poder pasar a ninguna ciudad, precios locos en el combustible que tendrás que empeñar tus implantes para poder comprar un litro de gasolina, pero tranquilos, seremos muy muy felices.
No obstante, la UE vuelve a auto provocarse una herida con una medida que no contempla una hoja de ruta clara sobre cómo renovar un parque de docena de millones de automóviles y automovilistas que se verán condenados a mantener sus coches viejos hasta que les cuadren las cuentas.
Sin infraestructura eléctrica para cargar tu coche y con un precio prohibitivo, tendremos que comprar zapatillas buenas porque nos tocará ir andando. Y no podremos volver a la época de las carretas, como en los años 40 y 50, el maltrato animal te lo impedirá.